No le hagas caso a esa tonta que
busca confundirte. Esa tonta que te detiene, que te hace perder el tiempo y te
hace agonizar de incertidumbre.
¿Por qué le has dado tanta
fuerza? ¿Por qué has dejado que te distraiga?
La verdad que no te entiendo. Te muestras
cada día tan determinada, con tanta disciplina y firmeza. Muy segura, te acoges
a tus métodos, tus creencias, tus puntos de vista. Los llevas a todos por el camino
derecho, inmediato, bien agarraditos para que ninguno se resbale. ¿y tú? ¿Qué
estás haciendo con lo tuyo?
Tan resbalada y tan resbalosa.
Tan inmóvil. Tan lenta. Es que no sé ni siquiera si eres lenta. Aún no te veo
bailando. Has decidido pisar la pista de los demás, inmiscuirte en sus
trayectos y no te das cuenta que por más que lo intentes, no empiezas a dibujar
el tuyo propio. Cada quien a lo suyo Estefanía, cada quien en su asunto. ¿Qué
te ha dado por vivir otras historias? Mientras camines en los zapatos de los
aventajados, nada pasará. Ponte tus propios zapatos. Baila en tu propia pista.
Transita tu propia historia.
Agarra tu equipaje y toma tu
camino.
Te espera un mundo hermoso, lleno
de batallas, de desaciertos y de triunfos. El que camina en lo suyo y le pone
corazón, escribe un cuento que merece ser contado.
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